Quiero iniciar esta columna con un análisis interesante que leí de una seguidora del Once Caldas recientemente, su nombre: Ana María Cardona Gutiérrez…

“Soy una persona agradecida porque al menos tenemos el equipo en el torneo y lejos del descenso, primeros objetivos. Además, puedo seguir soñando que se pueden lograr buenos resultados, sabiendo que el equipo está bien manejado administrativamente y que es un buen soporte para seguir. Estábamos en una situación mas complicada hace unos años, casi para desaparecer como equipo e institución. A veces no entendemos eso”.

Sin duda, una lectura válida, responsable y en parte real, aunque no guste mucho a la generalidad. Pero, ¿cuántos años más tienen que pasar para dar el salto de calidad?, ¿por qué se han dado tantos tumbos para definir una hoja de ruta en lo deportivo por parte de los dueños?, ¿por qué no hay un dirigente de más peso que conozca de fútbol y sirva de puente entre los dueños y el técnico de turno?, ¿hasta cuando se va a contratar mal?, son algunas de las preguntas que surgen en medio de la tristeza y frustración de la gente cuando se suman fracasos permanentes.

En enero próximo, la era Jaime Pineda en el Once Caldas iniciará su octavo año. Es verdad que, como se ha dicho tantas veces, su llegada fue un enorme salvavidas en el ahogo y en medio del caos, cuando el club tenía grandes riesgos de perder vigencia deportiva. También es cierto que el manejo administrativo ha rayado con la excelencia: óptima intervención de deudas, cumplimiento absoluto a sus empleados, impuestos al día, garantías laborales, entre otros aspectos, que inclusive han tenido que ser soportados con el patrimonio de los propietarios.

No obstante, el manejo deportivo no ha sido el mejor. Es un equipo de extremos: desde corrientes bielsistas, hasta métodos tradicionales y desactualizados como el del doctor Maturana. La era Pineda inició con Santiago Escobar y por estos días dirige Hubert Bodhert, en ese lapso se han contratado 117 jugadores y pocos, muy pocos, han generado dividendos deportivos y económicos importantes.

Innegable es la necesidad de vender jugadores, pero ni siquiera para eso ha habido acierto en el modelo. Todavía se comentan las ventas de José Izquierdo (Brujas), Óscar Estupiñán (Vitoria Guimaraęs) y Luis Sinisterra (Feyenoord), lo que claramente muestra que en ese aspecto tampoco se ha progresado, como para decir que los dueños se están llenando los bolsillos, comentarios carentes de veracidad. Es claro: proporcional a los resultados y progresos deportivos, se dan ventas de jugadores y otros aspectos inherentes al negocio del fútbol o sino pregúntele a Gabriel Camargo del Tolima.

Otro detalle no menor, han sido las malas e inconvenientes asesorías; personas que se han acercado al club, quienes aprovechándose del poco conocimiento de los dueños en el fútbol, se lucraron, pelearon por sus beneficios particulares y flaco servicio han prestado a la institución. Quizás, en parte, uno entiende la actitud de don Jaime y don Tulio de evitar filtros influyentes entre el cuerpo técnico y su mandato; hoy tienen un gerente deportivo de papel, que más bien se encarga de aspectos logísticos y de sus cosas en las divisiones inferiores.

Pero es necesario, más aún con ciertas intermitencias médicas del presidente, encontrar el doliente adecuado que conozca del tema, que deleguen funciones en él y evite que el director técnico de su proyecto sea juez y parte en los procesos de contrataciones y otros aspectos claves en el manejo deportivo del equipo. Quizás con esa (s) persona (s), ya se habrían dado cuenta que el entrenador, a cargo hoy del equipo, no es el indicado para liderar el proceso que hoy quieren emprender.

Entonces es necesario bajar las armas, encontrar y reconocer acercamientos útiles, buscar la gloria y dar el salto de calidad.

Superintendencia de Sociedades valida el manejo administrativo del Once Caldas como exitoso, empleados valoran cumplimiento, pero el hincha les pide un poco más, tomar riesgos…Invito a los dueños a que no se molesten ni tomen actitudes revanchistas ante las críticas, más bien comprendan que ustedes merecen apostarle al logro deportivo, ambicionar. Soy un convencido que los actuales dirigentes, mejor rodeados, son capaces de llevar por el camino de los títulos al Once Caldas; lo tienen todo, hay un gran músculo gerencial y credibilidad en el medio administrativo.

Yo, al igual que la seguidora, Ana María Cardona, también sueño en mi condición de periodista, que se pueden alcanzar resultados con la actual dirigencia, claro que se puede…

¡Es el momento de dar el salto de calidad!