Por Juan David Morales, columnista de Casa Blanca OC

*El contenido aquí expresado es responsabilidad del autor y no representa el pensamiento del medio.

De negativa podemos catalogar la actual situación que se genera alrededor del Once Caldas, que como siempre es consecuencia de la falta de resultados y la posición en la parte baja de la tabla, hecho al que nos hemos ido acostumbrando en las últimas temporadas.

Este semestre inició una campaña donde se esperaba que con la dirección de Francisco Maturana, el Once recuperara el protagonismo en el fútbol nacional y se lograran sumar los puntos necesarios para no tener que dormir con la intranquilidad de la pérdida de categoría para el próximo año. Pero la percepción actual de lo que hace Maturana al mando de la institución caldense no es buena, sobre todo porque no se vislumbra como un líder que tenga las riendas del equipo.

’Pacho’ se ha enfrascado en un enfrentamiento personal con la prensa que cubre permanentemente el acontecer del equipo, ya que en cada pregunta que le resulta incómoda, responde con términos bastante arrogantes  y las justificaciones de la falta de resultados son ya pan de cada día.

Adicional a lo anterior, con muchas de las frases que ha utilizado para referirse a situaciones concretas, genera la apariencia de no tener sentido de pertenencia con el ‘blanco’ de Manizales. Salir después de una triste derrota como la de anoche contra Bucaramanga, a decir que estaba aburrido porque en el ámbito personal y familiar consideraba que era un partido que no quería perder, da un mal mensaje, como si restara importancia al dolor y frustración de los jugadores, prensa e hinchada.

En lo personal y pasadas ocho fechas desde que el chocoano asumió la conducción del equipo, considero que Maturana no ha desempeñado un trabajo sobresaliente y no se ha visto “la mano” de un entrenador de las charreteras del ex director técnico de la Selección Colombia. ‘Pacho llegó a Manizales justamente por ser él, por su experiencia y recorrido, no era un técnico del montón ni otro que viniera a probarse, como ocurrió con él mismo hace  3 décadas.

Ayer se pudo observar en Palogrande  que  hay un grupo de profesionales que pueden desarrollar una idea de fútbol interesante, pero allí es donde se debe complementar con variantes efectivas que provengan del banco técnico, replanteamientos cuando las cosas no estén saliendo y sea necesario modificar la estrategia de un partido e impulsos anímicos que hagan que los jugadores se repongan ante las adversidades. Con Maturana, nada de esto ocurre; no son buenos los cambios (¿Es Cañaveral el jugador que le da estabilidad a la primera línea de volantes?), el equipo se diluye con el pasar de los minutos y hay momentos donde no hay reacción alguna por parte del plantel que fecha tras fecha se ve impotente ante las derrotas.

En conclusión, se necesita con suma urgencia un estratega que pueda sacar más provecho de esta nómina y detecte las virtudes y debilidades de su plantel. Un verdadero líder desde lo deportivo hasta lo emocional, que resalte por situaciones positivas y no se destaque por temas extradeportivos, tales como los constantes enfrentamientos con la prensa o frases de ”cajón” que en la práctica no se ejecutan. Que realmente alinee a los mejores y las sustituciones se ejecuten porque la lectura del partido y el momento del jugador así lo requieran. Necesitamos una persona que conozca un poco mas este equipo y se “meta más en el cuento”.

Ojalá el que recomponga el camino sea ‘Pacho’; sino, quien esté llamado a serlo, llegue pronto, pues no tenemos margen de error.