Por Juan David Morales, columnista de Casa Blanca OC. 

En territorio centroamericano, se exhibió en competencia amistosa el conjunto que empieza a construir Francisco Maturana para afrontar uno de los retos más difíciles de la historia contemporánea del conjunto ‘albo’, el cual ha sido nombrado por la misma institución como “el retorno de la grandeza”.

Si analizamos dicha frase, concluimos que no es solamente una muletilla comercial para vender abonos y camisetas, sino que definitivamente quiere rememorar lo importante que fue el equipo caldense a finales del siglo XX y en la primera década del tercer milenio.

Hoy, el Once cumple una racha de tres torneos cortos sin clasificar a instancias finales, algo que nunca había ocurrido desde la creación del sistema actual. Trece torneos sin coronarse campeón también es un número que preocupa, ya que el periodo máximo había sido de once semestres, transcurridos entre 2003 y 2009 sin levantar trofeo alguno.

Por último y quizás el tema de mayor preocupación, es la posición compleja en la que iniciaría el blanco de Manizales la tabla del descenso para 2018 si no se hace un segundo semestre importante en cuanto a puntos, ya que los equipos de la parte baja de dicha tabla están siendo protagonistas y para el próximo año se podría iniciar a escasos 7 puntos de los puestos de pérdida de categoría.

Con todas estas estadísticas adversas, la tarea del ‘equipo del alma’ es de entrega inmediata. Afortunadamente con la llegada de Francisco Maturana se generó un ambiente positivo alrededor del conjunto ‘albo’ y el solo nombramiento del chocoano generó una compenetración entre los diversos sectores que se encuentran en torno al equipo como hinchas, prensa, directivos y jugadores, lo cual es un aliciente para la competencia que inicia en 3 semanas.

En Costa Rica, el Once se impuso en su compromiso amistoso mostrando ideas de juego de lo que será la filosofía de Maturana. Más que una exhibición y un termómetro de jugadores de cara a lo que será la conformación de la plantilla final para el segundo semestre, no podemos sacar conclusiones apresuradas. El fútbol profesional colombiano ha sido competitivo y al Once le ha costado destacar en los últimos años en los torneos nacionales. Además, la plantilla se compone casi en su totalidad por jugadores del semestre anterior, muchos de ellos no rindieron y fueron partícipes de la irregular campaña deportiva. Urge, para recuperar la grandeza, ser claros en cuanto el tema de los refuerzos.

A hoy, terminada la Liga y quizás con los plazos para traer refuerzos ya casi expirados, se tiene que dar ese otro empujón anímico a este proyecto que a la mayoría nos gusta y es dotar de calidad técnica a una plantilla que carece de goleadores y elementos que tengan mayor regularidad. Esperamos que esta semana todo lo manifestado por el nuevo estratega ‘albo’ en cuanto a la conformación de un equipo protagonista empiece a surgir, y quizás no vayamos a depender de lo que se pueda hacer con una nómina que viene pasando desapercibida en las últimas temporadas.