Era el minuto 45 del primer tiempo en Floridablanca y el jugador marcado con la dorsal ‘8’, tomaba el balón a 25 metros del arco bumangués, medía, pateaba y convertía un bonito gol embocándola en todo el ángulo superior izquierdo, haciendo recordar a los hinchas el talento que había desplegado años atrás. Ortega estaba de vuelta. Y es que el barranquillero se demoró más de un año para volver a reportarse en un marcador, pero definitivamente lo hizo con todos los lujos posibles.
Al fin de semana siguiente y ante el marcador adverso iniciando la etapa complementaria en Ibagué, Ortega filtró un pase profundo que recepcionó y pivoteó Estupiñán, para que ‘Alcatraz’ rematara con potencia y se igualara la contienda.
Ayer, en la fría tarde-noche manizaleña, el volante de creación al que hacemos referencia, le tocó comandar la ofensiva de un equipo que siempre estaba abajo en el marcador. sobre el minuto 68, su mente fue más rápida que la de los defensas rivales y en un cobro a riesgo, donde se encontró con sus compañeros de causa, logró quedar mano a mano contra el cancerbero contrario, solo tuvo que ceder la esférica para que Estupiñán, su nuevo socio, consiguiera el segundo de la noche para los locales.
Finalmente y a falta de escasos segundos para que se cumpliera el tiempo reglamentario, Ortega devuelve una pared al rápido juvenil que había entrado en la parte complementaria, rompiendo la línea defensiva para que éste centrara y el rebote lo cazara uno de los atacantes. Se empataba definitivamente el difícil partido.
Las narraciones anteriores nos dan una idea de lo que produce el equipo ‘albo’ cuando su volante ‘8’, el llamado a ser el jugador diferente, aparece en escena, se sube a las tablas y destella chispazos de magia, técnica y buen fútbol. Ojalá la obra continúe y nuestro personaje sea protagonista.
Por Juan David Morales @JuandMorales11 Lee también