Hoy la opinión pública en él área deportiva caldense gira entorno a la aceptación o no de un equipo de fútbol profesional conformado con algunas dudas de cara al inicio del segundo semestre en materia competitiva. Los ojos están puestos en los hombres encargados de liderar una nueva ilusión al mando de un técnico, que si bien inicia su cuarta Liga como entrenador ‘albo’, su rendimiento y credibilidad ha menguado en el último tiempo.

Pero este 14 de julio no solo los masculinos debutan ante Atlético Nacional, también el fixture de la Liga Águila Femenina 2019 dice que las mujeres del Once Caldas deberán jugar el primer partido de la temporada y ante el mismo rival. Pero la pregunta es: ¿cuál equipo?…

Mientras que la gran mayoría de los 20 oncenos femeninos matriculados en Dimayor para participar en esta tercera edición de la Liga Águila se preparan para competir o al menos participar, en el Once Caldas apenas inicia el proceso después de fracasados intentos de buscar un aliado deportivo.

Con el Club de Fútbol Femenino Talentos Caldas que preside Ruben Darío Castellanos, hubo un acuerdo en agosto del año pasado para que fueran ellos, a través de una estructura seria, los que tuvieran la base de jugadoras del Once Caldas en su conformación; se hicieron veedurías, pero finalmente nunca se volvió a hablar del caso, la alianza no tuvo un siguiente paso y el tema se terminó diluyendo por algunas modificaciones funcionales de Talentos y diferencias económicas, según versiones.

De ahí en adelante todo quedó muerto; consultamos en diciembre y en el club nadie daba razón, mientras que externamente las noticias eran desalentadoras, pues alguna base de jugadoras que estaban esperando un llamado para entrenar, empezaron un proceso de dispersión y a mirar oportunidades en otros lugares.

Afortunadamente para el Once Caldas, la Liga 2019 en Dimayor también tuvo múltiples problemas, económicos esencialmente, que impidieron la iniciación del campeonato a principio de año. Entre asambleas, se determinó que finalmente en la segunda semana de julio se tendría el punta pie inicial del torneo y que el mismo finalizaría la última semana de septiembre.

En el Once las cosas siguieron igual, no mucha información en es este aspecto como en todos. Los de Bodhert compitieron y desencantaron en el primer semestre, lo que disminuyó el recurso no solo para reforzar el masculino sino que evidentemente limitó cualquier mínimo esfuerzo que se hubiera querido hacer en el femenino.

Lo más reciente fue otro fallido preacuerdo con la Universidad de Manizales para que esta entidad educativa brindara las condiciones deportivas para competir, mientras que el Once Caldas fuera el encargado de la contratación, salarios y logística del equipo. Es decir, la Universidad se encargaba, dentro de su conocimiento en el fútbol femenino, de aportar el nombre, jugadoras (motivadas con becas de estudio), cuerpo técnico y estructura.

Sin embargo, cuando llegaron al tema económico con el presidente del Once Caldas todo se complicó. El dirigente ofreció un salario inferior por jugadora al esperado por la Universidad y lo convenido en definitiva se cayó, como para dar una conclusión general y no entrar en detalles de cifras que no valen la pena…Eso se sumó al hecho que por disposición de Dimayor, no se puede tercerizar contratación, situación que obliga al club directamente a ser el encargado de los pagos de las futbolistas participantes.

Ahora, sin aliados y a menos de 9 días para el debut, un grupo de jugadoras se encuentran entrenando desde el pasado domingo en el Polideportivo de Villamaría, en un proceso de selección (veedurías), de la mano de Julio César Ocampo, un técnico de fútbol sin mucho nombre y que recientemente salió de la Liga Caldense de Fútbol por malos resultados. 15 mujeres serán vinculadas con mínima remuneración y son las encargadas de representar.

El Once Caldas estará en su grupo con Medellín, Nacional y Pereira. Y tal cómo está el panorama no solo es utópico avanzar de ronda sino que en el horizonte se avisoran resultados altamente adversos, de un equipo que solo estará por cumplir.